lunes, 26 de octubre de 2009

Vuelco mis ojos en el abismo

Y en su oscuridad - otrora centinela

de apesadumbrados dolores -

Escucho el clamor de las voces del tiempo,

Los tambores de mis propios latidos,

El torrente fluye caliente

Y me veo, tan simple,

Tan humano, tan amanecido,

Despertado, acabo de levantarme,

Fue acaso un sueño?

Donde quedó el ocaso de existencias,

sublimes y antagónicas,

donde esta la marca

de la hora de mi muerte,

busco mi ataúd y no lo encuentro,

donde están los cipreses que plante para mi entierro,

hay muchas preguntas para tanto vacío,

y sobran las respuestas,

para tanta vida encontrada,

en tan simple existencia,

en esta vida,

en esta toda mi vida¡


 

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