Cuando escucho tu plegaria nocturna
Multiplicarse en riquezas inconcebibles,
La partida no existe,
pues el regreso queda sumergido
en las cuentas del rosario
dibujando un cadencioso
concepto de letargo.
Tus fauces abiertas descubren
tus solas protestas,
En perfecto unísono
Cual llagas de antaño
Completas el clamor
En vivo.
El sonido de tus ecos
Adquiere esa inmensidad característica
De un sinnúmero de vidas pasadas
Acaso poseen
pequeños cinceles
que hacen a tu geometría
En el rincón acabado
Y marcado
De un certero poeta.
Tus sinónimos decidieron
Confinar sus días en lo eterno
En aquel incansable y contagioso afan
De permisivas condolencias.
Tu desdén sublime
de verdad rebelde
Es eterno tormento
En el oleaje
De naves maestras.
Pasiones condecoradas
Renglones,
convergen tu misterio
condecoran,
En etéreo éxtasis
De soledad perfecta.
Tus voces,
También hablan de un canto nuevo
Perpetúan tus soles
Aquella mezcla de rebelión y pasión
Juntas,
Tejen tu telaraña de albedrío
Puro y mortal,
Tejen la urdimbre
En prosa y en verso
y señalan,
el simple,
amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario