Escucha los pasos,
Ya vienen,
no tenemos escapatoria,
escucha sus cinceles,
el ruido de sus martillos,
el arrastre de sus cadenas,
sus lamentos, sus gritos,
ya no hablan, no conocen,
son mutantes del abismo,
apenas seres vivos,
son sufridos sus clamores,
son de antaño sus reclamos,
son esclavos de nosotros mismos.
Escucha, sus pies no caminan,
Sus rostros, hace rato ya no miran,
Sufren atascados en soledades,
Perduran tan solo en el recuerdo,
Viven en el remordimiento oscuro
De las calles,
Emergen de la noche como fantasmas,
Nos cubren con su venganza.
Escucha,
Son sus pasos,
Es multitud la que viene,
La que esta tocando nuestras cabezas,
Sientelas,
Hace rato, están aquí,
Extienden sus manos y piden,
Giramos la cabeza y nada,
Son ellos, los simples,
Los débiles, los pobres,
Los ajusticiados ...
Las víctimas...
Los desaparecidos...
Los torturados…
Nuestras víctimas…
Los niños...
Las mujeres...
Los campesinos de oloroso trigo...
Que vuelven...
Hoy...
A ocupar su sitio.
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