La sangre brota
Y sigue brotando
Los borbotones de bilis
Están en el preciso instante
Quedaron en el momento cierto
En que el puñal
Destruyo en mí una parte
Que tal vez no conocía,
Una parte en mí que está muerta,
Una parte en mí que no se olvida
De la lluvia que caía,
De las sirenas de la policía,
Del llanto de mis niños,
Del dolor de la entrada,
Del último espasmo
De la llegada de lo inerte,
De la propia muerte,
Que una y otra vez
Levanta su sepultura
Y sigue muerta.
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