Camino despacio,
Mirando hacia abajo para ver las piedras,
Ya no las toco,
Ya no juego con ellas,
Sus filosos bordes
han dejado en mi sus cicatrices,
algunas parecen suaves,
pero son mi mortaja,
las brillantes son absoluta muerte,
las cuadradas, las redondas, las ovales,
la geometría del tormento,
no sirven para armar collares,
pues se convierten en cadenas
no podemos lanzarlas al infinito,
pues resquebrajan el horizonte,
algunas se enredan bajo mis pies,
y me someten al abismo,
otras chocan y parecen cantar,
el llanto mustio del olvido,
nos guiñan con sus ojos ígneos,
petrifican nuestras almas,
sedimentan nuestra sangre
y nos hacen parte
de su calcáreo paisaje.
Ahora las esquivo, ya no las cuento,
Ya no tropiezo con ellas,
Ya no bordeo sus abismos.
Hoy, ahora camino lento,
Para no pisarlas y cada vez están más distantes
Y puedo levantar la cabeza
Ver las estrellas,
Canto, escucho mi plegaria nocturna
Y bailo al compás de la luna,
Y otras veces como ahora
Simplemente rio y disfruto estar vivo,
Saltando en las aguas pedreras,
Disfrutando el tránsito y la distancia
del camino recorrido.
saltando a las aguas pedreras....tremendo!!!
ResponderEliminarque lindo es señor, realmente que usted es especial, de mañana jefe y a que hora es poeta? tremendamente espectacular.
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