Vuelco mis ojos en el abismo
Y en su oscuridad - otrora centinela
de apesadumbrados dolores -
Escucho el clamor de las voces del tiempo,
Los tambores de mis propios latidos,
El torrente fluye caliente
Y me veo, tan simple,
Tan humano, tan amanecido,
Despertado, acabo de levantarme,
Fue acaso un sueño?
Donde quedó el ocaso de existencias,
sublimes y antagónicas,
donde esta la marca
de la hora de mi muerte,
busco mi ataúd y no lo encuentro,
donde están los cipreses que plante para mi entierro,
hay muchas preguntas para tanto vacío,
y sobran las respuestas,
para tanta vida encontrada,
en tan simple existencia,
en esta vida,
en esta toda mi vida¡
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